Alberto Pedro Heguy cuenta su historia con la cría de caballos y el comienzo de la Raza Polo y anuncia: “He culminado mi actividad como criador de caballos de polo”
Después de tantos años de estudio-investigación, experimentación, extensión (difusión de conocimientos)- puedo decir que, si bien uno nunca está del todo conforme, he culminado mi actividad como criador de caballos de polo.
Toda mi vida fui un atento observador de todas las actividades relacionadas a los caballos, sin despreciar ninguna experiencia y hasta respetando las "creencias" de paisanos sin estudios, que conservan su poder de observación y su imaginación, que a veces perdemos por no creer en lo que no conocemos o entendemos.
Dijo un sabio: "En ciertas circunstancias la imaginación es más importante que el conocimiento". Así, la formación universitaria me permitió analizar, comprobar o desechar muchas creencias. Tras la primera conferencia de AACCP, alguien me dijo: "¿Cómo hablan ustedes si no tienen estadísticas?". Dije: "Tengo conocimientos. Soberbia contra soberbia".
Habiendo rastreado desde la Biblia, la mitología, la historia, y hasta la tradición comprendés que de caballos nunca podés saber todo, y hasta del más ignorante podés aprender algo.
Pero siempre me gustó la historia. La cría de caballos de polo en la Argentina ha seguido un proceso considerablemente exitoso. Desde fines del siglo XIX con la importación de padrillos S.P.C ingleses, realizando lo que en zootecnia se denomina "cruzamiento absorbente" sobre yeguas nativas sometidas originariamente a selección natural y luego progresivo refinamiento para su adaptación a los trabajos rurales, luchas territoriales o políticas y -porsupuesto- la recreación deportiva: rodeo, cuadrera, sortija, lazo, doma, pato...
Esos animales primitivos que el Dr. Emilio Solanet seleccionara y registrara como "Caballo Criollo", al cruzarse con Sangre Pura de Carrera, dieron origen al corrientemente llamado "mestizo".
Alberto Pedro Heguy y un clón de la famosa Polo Pureza - Foto: Paz Manau
Hoy, tras varias generaciones, decimos que el caballo de polo es un S.P.C seleccionada por su aptitud para polo o un mestizo de S.P.C.
La cría en total libertad y la competencia hizo que se lograra un producto excelente que acompaña eficientemente el nivel superior de los jugadores de polo argentinos.
El admirable trabajo del Dr. Horacio Laffaye (historiador y deportista, médico residente de Estados Unidos) en su libro "El Polo Internacional Argentino", deja testimonio de numerosos famosos caballos, su nombre y actuación. Es tan importante esa publicación que sólo queda agregarle anécdotas e informes marginales. Cuando tras muchos años de insistencia e inquietudes se fundó la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo (AACCP), se usó toda esa información y experiencia y se consideró que el producto "caballo de polo" ya estaba. Había que darle "marca registrada".
El éxito de esa producción hecha en forma anárquica, sólo inducida por la competencia y la vocación de los criadores, se basó en que se usaron las hembras y reservaron las mejores. Pero como los machos eran castrados su reproducción quedaba limitada.
La experiencia mostró que los reproductores S.P.C, después de 200 de selección por aptitud y corredora, no siempre reunían condiciones poleras, por lo que se hizo un rastreo de 25 generaciones desde los padres fundadores de raza (Byerley-Darley-Godolphin) hasta la actualidad buscando coincidencias en los animales superiores. En las líneas primitivas se encontraban: Fair Trial, Tourbillon y descendientes de la yegua Mumtaz Mahal.
Así es como nombres de padrillos como SaintSimon, Craganour, Morfeo, Tetratema, Benson, Rustom Pashá, Congreve, Seductor y Claro, siguen apareciendo en los orígenes del Caballo de Polo Argentino.
Los conocimientos de genética del siglo XX han favorecido el proceso selectivo, tanto que en los "objetivos" la AACCP propone "fomentar la inseminación artificial, trasplante embrionario y toda otra técnica de mejoramiento", llegando, actualmente, hasta la clonación. Hoy está en discusión la biotecnología, ingeniería genética o edición genética.
Pero vuelvo al comienzo. Al final de mi carrera en la cría. Si como criador me doy por "hecho", es porque habiendo dedicado mucho esfuerzo -a pesar de otras actividades- he tenido muchísima suerte. Campeonatos ganados, ranking de criadores, ranking de padrillos, Lady Susan Townley, manta de AACCP, mejor montado del Abierto, grandes campeones en distintas exposiciones -incluso S.R.A Palermo-, clonación de mi mejor yegua y su descendiente, de un padrillo (en Colombia).
Y, sobre todo, ser reconocido como fundador de la AACCP. Todo esto considero la culminación de mis actividades, por lo que he cedido mi manada, mis caballos y hasta el prefijo (Polo) a mis nietos.
Solo me queda la expectativa de todo adelanto científico. Como dice el estatuto de la AACCP "toda técnica de mejoramiento".
Gracias por todo…
"He cedido mi manada, mis caballos y hasta el prefijo (Polo) a mis nietos", dijo Alberto Pedro Heguy en su columna. Esta gran foto muestra a sus nietos con un clon de Polo Pureza. Producidos por el laboratorio Kheiron, son 5 clones: dos de Alberto Pedro que heredan sus nietos, dos de Doña Sofía y uno a medias. Foto: Paz Manau
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