Del rugby al polo
“Afortunadamente tuve la suerte de jugar un poco al rugby. Me dediqué profesionalmente por 10 años. Jugué en los Pumas, jugué para Jaguares, para seleccionados sub 21. Después jugué en Francia, profesionalmente. Y tuve un padrino que desgraciadamente falleció, que me inculcó el amor por los caballos desde que yo tenía 4 años. Siempre viví una combinación entre caballos y rugby hasta que en un momento me salió más fácil el rugby que los caballos. Siempre fue una deuda pendiente y cuando me retiré del rugby volví a los caballos. Eso fue a los 30, hace 4 años”.
Esta es la historia de Juan Francisco Gómez, que lleva dos deportes en sus venas. “Me encantan los dos deportes. Por suerte al polo se puede jugar hasta más grande, y tuve la oportunidad de poder jugar al rugby un montón, hacer miles de amigos, y ahora estoy disfrutando el polo”, dice. Y agrega: “Tengo un clubcito, El Encuentro, que hacemos polo de hobbie con un montón de amigos que vienen a jugar y a pasar el fin de semana, y a divertirnos más que nada”.
Juan jugó la Copa Rush con Plantation y logró ganar la subsidiaria. “Ya había tenido la suerte de jugar en la cancha 1 de Palermo el año pasado por esta misma Copa, que también ganamos. Este es mi tercer partido en Palermo, dos en la cancha uno y gané los dos. Cuando entré la primera vez no lo podía creer, venís a ver el Abierto, llegar a jugar acá es una locura. Cuando cambiás de deporte y de repente te toca jugar en Palermo, es increíble”.
Juan Gómez, del rugby al polo.
Del squash al polo
“Tengo 69 años. Empecé a jugar a los 40 cuando ya estaba muy viejo para jugar al squash, ahí empecé con el polo. Soy de Inglaterra, pero paso la mitad del año en Grecia y la mitad en Argentina. Dejé de jugar al squash porque me dolían las rodillas. Me di cuenta de que ya estaba muy viejo para eso y vi al polo y dije: “los caballos hacen todo el trabajo, es algo que puedo hacer aunque sea viejo". Probé el polo, y ahora soy adicto a este juego”.
Arthur Fitzwilliam cuenta su especial historia en el polo. Hay pocos casos en la historia de jugadores que al borde de los 70 años son campeones en Palermo. Arthur lo logró en la subisidiaria de la Copa Cañuelas Rush. “Recién jugué en Palermo, fue mi segunda vez, pero igual es increíble para un jugador amateur, jugar en Palermo. Es fantástico”, dijo.
A la hora de hablar de los dos deportes, comentó: “El polo es mucho más difícil e interesante que el squash. El polo es cinco juegos en uno. Tiene la coordinación mano-ojo del tenis, el juego físico del rugby, la coordinación del equipo de yo le pego para allá, vos andá acá; los caballos... No es un solo juego. El squash tienes una pelota, pero el polo tiene muchos deportes en uno, y para alguien como yo, dado que nunca podés ser tan bueno como quisieras, nunca te aburrís, siempre estás tratando de mejorar y necesitás jugar mejor de lo que estás jugando, a menos que seas Cambiaso. Pero desgraciadamente no soy Cambiaso”.
Este hombre tan sabio tiene sueños, como todos. “Mi sueño es poder jugar mejor de lo que estoy jugando. Es difícil a mi edad, pero espero poder jugar por otros 2-3-4 años. Quiero jugar lo más que pueda, voy a parar cuando ya no me de el cuerpo para seguir”.
Arthur Fitzwilliam, del squash al polo.