Son tiempos difíciles en el mundo. Pasan muchas cosas, demasiadas. Es todo una vorágine que cuesta entender. Las redes sociales, aunque tengan mil cosas buenas, ayudan a colaborar en este gigantesco enredo que es el Siglo XXI.
Esta es una revista de polo, y queremos decir (quiero decir), que en estos tiempos de confusiones, no entendemos (no entiendo) a mucha gente del polo. Pide y pide y pide. Espera la perfección en cada hecho. Ý sabemos que cosas perfectas hay muy pocas.
Voy a ser concreto, y perdón por usar la primera persona, algo que un periodista no debe hacer salvo excepciones. Esta es una excepción. El asunto es así: el polo desde hace mucho tiempo debate sobre cómo hacer para que vaya más gente a Palermo. Los sabiondos de siempre afirman que para que vaya más gente al polo, debe haber mejores partidos.
Me pregunto (y reitero las disculpas por el uso del yo): si todos sabíamos que el partido entre Ellerstina y Las Monjitas iba a ser un gran partido, ¿por qué mucha “gente del polo” no fue a Palermo? No hablamos de los que van a veces, sino de los que gustan del deporte desde hace años y después opinan livianamente sobre que cosas se deben cambiar.
Hablando con un colega, él decía: “Y bueno, estaba a la par el River vs. Boca y el mal tiempo”. Se entiende la importancia de un partido de polo. Pero entonces no juzguemos la convocatoria del polo por preferir quedarse en un sillón viendo rodar la pelota más grande.
La otra excusa es la lluvia. Que buen invento son los paraguas, ¿no? Que buen invento son las camperas inflables o los pilotos, ¿no? Amigo: si te gusta el polo, bancate la lluvia…
Para los que fueron a Palermo, este último domingo del 125 Campeonato Argentino Abierto será inolvidable. Partidazo en la cancha 2 (como casi todo el torneo), con un partido definido en la última jugada. Partidazo en la cancha 1, con un resultado sorpresivo y con una definición infartante, con la lluvia como agregado para darle un marco distintivo.
Es cierto que Palermo 2018 tuvo muchas complicaciones de fechas y se jugó en su mayoría en días de semana. Tan cierto como que, si hacemos el recuento, la mayoría de fueron, como espectáculo, de buenos para arriba. Sin embargo, la gente no acompañó. Y no hablo de la gente de afuera. Hablo de la gente del polo, la que dice que para que vaya más público debe haber mejores partidos.
Coincido. Pero entonces vayan ustedes. Señores habitués del polo: si quieren ver buen polo vayan a Palermo.