Lo dijimos en la semana en las redes sociales de CLICKPOLO: señores amantes del polo, vayan temprano a Palermo el día de la final de hombre y aprovechen para ver la definición del Femenino. El consejo fue recompensado: el partido por el título del II Abierto Femenino tuvo todo. Corridas, momentos tensos, aliento en las tribunas y una definición a pura adrenalina.
Fue de La Dolfina Brava. Pudo ser de El Overo UAE, y no habría estado mal. Pero fue en realidad del polo femenino, que dio otro paso hacia adelante en su presente y en su futuro.
Terminado el torneo, nace un debate interesante para las mujeres: ¿Tiene que tener tope de hándicap este torneo? Por lo que se ve, es posible que estos dos equipos jueguen muchas finales más entre sí y goleen a cualquier rival que se les cruce en el camino. La pregunta es: ¿hoy el polo femenino necesitar finales de excelencia como esta que vimos por dos años o puede dar el lujo de tener una definición algo menor en nivel pero que permita que el torneo crezca en equipos?
Es simple: si el torneo tiene tope de hándicap, supongamos alrededor de los 24 goles, tal vz muchas mujeres más de otros países se animen a jugar. Francia tiene muchas polistas. Estados Unidos e Inglaterra podrían presentar dos conjuntos. En el Femenino de Villa sesta hubo varias naciones representadas.
Mientras disfrutamos en el recuerdo esta estupenda final, nace un debate muy interesante sobre el polo de mujeres y su futuro.