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Entrevista a los hermanos Harriott


“Nos gusta más el polo de nuestro tiempo que el actual”

Entrevista con dos leyendas del polo: JuanCarlitos y Alfredo Harriott hablan de todo y aseguran que el polo de sus tiempos era más divertido.

“Súper personas, maestros del juego de Polo”

En CLICKPOLO nos hemos dado varios gustos periodísticos. Sin dudas en esta semana hemos sumado otro: una entrevista a los hermanos JuanCarlitos y Alfredo Harriott. Hay pocos testimonios de estos próceres del polo hablando juntos, así que de alguna forma, el video en nuestro canal de Youtube es una especia de homenaje o tributo.

Justamente en nuestra revista de Estados Unidos (sale todos los miércoles y la pueden ver en CLICKPOLOUSA.com), tenemos de nuevo columnista a Memo Gracida, rival de los Harriott en varias finales. ¿Cómo explicar lo que representan los Harriott? Nada mejor que citar el comentario de Memo Gracida en Facebook sobre la nota.

“Juan Carlos y Alfredo Harriott: Súper personas maestros del juego de Polo y leyendas vivientes. Todos los días pienso de cuánto aprendí jugando y viéndolos jugar. Es casi imposible de explicar a las generaciones nuevas la clase de jugadores que eran ellos jugando en la Máquina de polo llamado CORONEL SUÁREZ. Simplemente completos y cuando digo completos lo digo con todo el sentido de la palabra”. “Gracias por todas sus enseñanzas adentro y afuera de la cancha. Yo creo que ustedres junto a Alberto y Horacio formaron al equipo más admirado y divertido para ver jugar: ¡qué electrizante era ver cruzar la cancha en 3 golpes y meter gol! “Les mando un fuerte abrazo respetuoso y sobre todo afectivo para los dos hermanos Harriott Es siempre un placer escuchar y seguir aprendiendo de ustedes. Son una enciclopedia de este deporte tan complejo. Creo que la generación que tuvimos la gran suerte de haber pisado una cancha de polo con ustedes fuimos muy afortunados”. “Afectuosamente, Memo”.

¿Queda algo por decir? Nada: Memo lo dijo todo.

Alfredo y JuanCarlitos Harriott en Suárez. Foto: Guadalupe Aizaga

Harriott: “Antes el polo era más abierto, más rápido y más vertiginoso”

“No solemos hablar de polo entre nosotros, quizás un poco, nada más. Hablamos de otras cosas, de otros deportes”.

“Sí, yo paso paso mucho tiempo leyendo y viendo deportes. Disfruto más el golf y el tenis, aunque también me gusta el fútbol”.

La primera frase pertenece a Alfredo Harriott. La segunda a su hermano JuanCarlitos. Dos leyendas del polo, el 50% del mítico Coronel Suárez, realizaron una larga entrevista con CLICKPOLO. Y, curiosamente (o no), dicen que hoy ven poco del deporte que tanto jugaron (y ganaron) y que los aburre.

“Disfrutamos viendo polo más en aquel entonces. Antes era más abierto, más rápido y más vertiginoso”, comentó. “A los jóvenes probablemente les guste más este polo. “Nos gusta más el polo de nuestro tiempo que el actual”, agregó.

JuanCarlitos siguió su análisis por el mismo camino: “No sé si lo han visto, pero la final de Palermo, los primeros dos chukkers, llegaron al arco, jugaron de primera, fue muy agradable. Después comenzaron a trabarse, a buscar foules y se hizo aburrido”. Para el máximo ganador de Palermo en la historia, el profesionalismo influyó: “creo que el cambio vino de jugar con los patrones, porque todo se hace más individual. Si un 10 goles juega en Europa con un patrón, tiene que hacer de todo. Por eso, comenzaron a mantener la bocha y jugar más egoístamente, y eso llevó a tener un estilo similar aquí”.

La eterna comparación de los tiempos. Esta vez con la palabra de dos personas que saben… Y mucho…

El Coronel Suárez Polo Club, su lugar en el mundo. Foto: Guadalupe Aizaga

Harriott: "Lo que nos mantuvo en marcha fue nuestro orgullo"

1967. Ese fue el primer año del cuarteto más ganador en la historia del polo, integrado por los hermanos Alberto y Horacio Heguy y los Harriott: JuanCarlitos y Alfredo. Ese equipo jugó hasta 1979, y ganó 11 veces Palermo, récord absoluto y difícil imaginar que pueda ser superado.

JuanCarlitos cuenta el secreto de tantos años juntos. “ "Lo que nos mantuvo en marcha fue nuestro orgullo. Aunque jugáramos contra un equipo inferior no pasábamos por alto nada. Creo que esa era una de las ventajas que teníamos, siempre respetábamos a nuestros oponentes”. Alfredo agrega: “Si creés que un oponente no es tan fuerte, entonces ya estás demasiado relajado antes de salir al campo, subestimar es lo peor que podés hacer”. El mayor de los hermanos recuerda: “Jugábamos contra Santa Ana casi todos los años, y no era fácil, siempre fueron partidos muy parejos. Tuvimos la suerte de ganar más a menudo, pero era a cara de perro”. Hay un dato muy interesante que cuenta JuanCarlitos: “Creo que tenés llevarte bien con tus compañeros de equipo para seguir tanto tiempos juntos. Cuando te está yendo bien en un partido, todos nos llevamos bien. Pero cuando te va mal, empeizan las quejas. Nosotros no solíamos hablar después de los partidos, nos íbamos y el próximo martes nos reuníamos en el escritorio de los Heguy y hablábamos con más calma”.

Secretos de un equipo que marcó la historia.

El orgullo de ser de Suárez


La entrevista con los hermanos Harriott se realizó en el Coronel Suárez Polo Club. Es casi, su lugar en el mundo. “Es difícil encontrar un lugar así en cualquier parte del mundo. Hay pocos clubes como este, no es fácil hacer un club como este”, dice JuanCarlitos con orgullo.

Luego repasan otras glorias que han pasado por Suárez. “Los Garros también fueron grandes jugadores de Coronel Suárez”, dice Alfredo. “Y los Alberdi”, suma. “También hubo muchos buenos jugadores antes de los Alberdi o de nuestro padre, como el Paisano Andrada o Reynal, que eran buenos en los años 30, y vinieron a jugar aquí. El club tenía una buena base cuando se construyó. En el presente, el club está en una etapa de transición respecto de grandes figuras. Alfredo dice: “No hay muchos hoy, son menos de lo que nos gustaría. Pero comenzarán a regresar en el futuro, creo que hay grandes perspectivas de futuro para el polo en el club”. JuanCarlitos acota: “Su nieta es así de corto, pero juega muy bien”. Y Alfredo responde: “Ya veremos en el futuro. Hoy los chicos de 13 o 14 años ya juega todo el día”. Y cierra JuanCa: “Nosotros a esa edad jugábamos una vez por año. Hoy los chicos tiran penales de 60 yardas… ¡y los meten perfecto”.


Los 4 fantásticos de Coronel Suárez. Foto: Archivo

“Hoy es muy difícil vender un caballo en Argentina”

Es inevitable mantener una charla con los hermanos Harriott y no hablar de caballos. Y es inevitable mirar el pasado y el presente y comprar, ya que en este tema se produjeron demasiados cambios.

“Definitivamente usan más caballos que nosotros. Solíamos jugar dos chukkers completos por caballo, ahora los caballos juegan medio chukker y si necesitan más, están disponibles”, dice JuanCarlitos. “Teníamos cinco, y otros tres o cuatro que no usábamos a menos que los principales se lesionaran. Siempre llevábamos 8 caballos pero normalmente 3 no jugarían. En la final jugamos 4 o 5 y repetimos los tres mejores, y los dos más débiles estaban en el medio chukker”, rememora Alfredo.

JuanCarlitos se sorprende con un dato: “Me dijeron que Facundo Pieres llevó 17 caballos a un partido en Palermo. ¡No hay espacio para los caballos si un solo jugador tiene 17 caballos! Eso ha cambiado mucho”. También hablan de los clones, algo que medio siglo atrás era inimaginable. “Cambiaso clonó a su mejor yegua. Eso no existía en ese entonces. No sé nada sobre el tema, o no me he molestado en hacer mi investigación. Sé que lo paga, y que es extremadamente caro, pero obviamente puede pagarlo simplemente vendiendo uno de ellos”, afirma JuanCarlitos. “En aquel entonces, cuando las yeguas llegaban al final de sus carreras las enviábamos para la cría, si eran buenas. Fue muy difícil tener buenos lotes porque tenías que hacer eso. Hoy en día, cualquiera puede tener mucho porque con una o dos yeguas y embriones puede hacerlo funcionar”, explica Alfredo.

Cierra JuanCarlitos y asegura: “Es lo que está sucediendo ahora, cuando un estadounidense viene a probar los caballos, hay 300 diferentes porque todos hacen los suyos, y nadie puede venderlos porque, teniendo tantos, no saben qué hacer con ellos. Hoy es muy difícil vender un caballo en Argentina”.

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